Hipertensión – Datos alarmantes en Argentina

De cada 10 personas que creen no tener presión arterial elevada, 3 son en realidad hipertensos. Pero de cada 10 personas que saben que son hipertensas, 6 no tienen su presión controlada.

Es muy importante la realización periódica de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) que lleva adelanta anualmente la Secretaría de Salud de la Nación junto con el INDEC, ya que es la información la que permite tomar conciencia.

Los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018, publicados el 15 de abril pasado, muestran un panorama sanitario preocupante para la Argentina.

Más del 60% de la población adulta presenta sobrepeso, más del 40% tiene presión elevada y más del 30% tiene niveles alterados de colesterol en la sangre. El único indicador alentador que mostró el cuestionario oficial es un descenso significativo en el tabaquismo.

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de mortalidad en el país.

Las enfermedades crónicas no transmisibles producen el 73,4% de las muertes en el país, mientras que en el mundo no superan el 60%. La buena noticia es que 3 de cada 4 de esas muertes pueden ser evitadas, y para ello es importante conocer la prevalencia de los factores que aumentan su riesgo y tomar medidas de prevención como chequeos médicos y cambios de hábitos.

Los resultados de la 4ta. Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), realizada en 2018, son sombríos.

Otros dos factores de riesgo fundamentales para las enfermedades cardiovasculares – la hipertensión y la dislipidemia- volvieron a mostrar cifras preocupantes en la nueva Encuesta.

Según la ENFR 2018, el 40,6% de la población general tiene la presión arterial mayor o igual a 140/90 mmHg, mientras que el 30,7% de los individuos a los que se le realizaron análisis registró un nivel de colesterol mayor o igual a 200 mg/dl.

Lamentablemente, los datos confirman que de cada 10 personas que creen no tener presión arterial elevada, 3 son en realidad hipertensos. Pero de cada 10 personas que saben que son hipertensas, 6 no tienen su presión controlada.

Todos los años mueren por enfermedades cardiovasculares más de 90 mil argentinos, cuatro veces más que por todas las causas externas (accidentes y homicidios, entre otras).

Tenemos un problema muy serio en la Argentina: pasan los años, se hacen consensos médicos y campañas de sociedades científicas, pero no logramos concientizar a la gente de que se controle la presión arterial.

Todas las personas mayores de 18 años tienen que tomarse la presión al menos una vez al año. Y cada uno tiene que pedirle a su médico que lo haga cuando va a la consulta.

Se estima que cada año se producen en Argentina más de 150.000 eventos coronarios y 100.000 accidentes cerebrovasculares (ACV). La asociación entre ACV y cardiopatía isquémica con la presión arterial es lineal y empieza desde valores tan bajos como 120/80 mmHg. Por eso, para disminuir el riesgo de padecer una u otra condición debemos ser exigentes con el cumplimiento de las metas de prevención y tratamiento.

FACTORES DE RIESGO

  • Herencia Familiar
  • Alimentación inadecuada
  • Obesidad o sobrepeso
  • Sedentarismo
  • Presión alta
  • Tabaco
  • Diabetes
  • Colesterol alto
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Estrés

Todos estos factores ligados al estilo de vida provocan una rigidez precoz de las arterias.

Es muy importante del control y potencial tratamiento de aquellos factores que podemos modificar y de los cambios en hábitos de vida poco saludables que contribuyen a desarrollar estas enfermedades.

SÍNTOMAS

La Hipertensión no presenta síntomas concretos. Se puede tener presión arterial alta (hipertensión) durante años sin tener ningún síntoma. Aun sin síntomas, el daño a los vasos sanguíneos y a tu corazón se sigue produciendo y puede detectarse. La presión arterial alta no controlada aumenta tu riesgo de graves problemas de salud, como son el ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular.

La mayoría de las personas con presión arterial alta no tienen signos ni síntomas, incluso si las lecturas de presión arterial alcanzan niveles peligrosamente elevados.

Algunas personas con presión arterial alta pueden tener dolor de cabeza, dificultad para respirar o sangrado nasal, pero estos signos y síntomas no son específicos y, por lo general, no se presentan hasta que dicho trastorno alcanza una etapa grave o potencialmente fatal.

La presión arterial alta, por lo general, se va desarrollando en el trascurso de muchos años y, finalmente, afecta a casi todos.

Afortunadamente, la presión arterial alta se puede detectar fácilmente. Y una vez que sabes que tienes presión arterial alta, puedes trabajar con tu médico para controlarla.

Meningitis

Esta enfermedad afecta anualmente a más de 1 millón de personas. El final del verano y el comienzo de la temporada otoñal constituyen el período con mayor cantidad de casos de meningitis viral y la mayoría de las infecciones ocurre en menores de cinco años.¿De qué se trata?
La meningitis es la inflamación de las tres membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Sin dudas, es una de las enfermedades más alarmantes, sobre todo en lactantes y niños, porque es potencialmente fatal si no se la trata a tiempo.Existen diversos tipos de meningitis según el origen, generalmente ocasionados por bacterias o virus. Los primeros son muy graves y requieren tratamiento inmediato, ya que pueden dejar secuelas severas. En tanto, la meningitis viral es más leve y ocurre con mayor frecuencia que la meningitis bacteriana.Es fundamental que los padres o personas a cargo de chicos pequeños conozcan la sintomatología de la meningitis para poder detectar a tiempo los signos de alerta y llevar a los niños a una consulta médica de manera urgente.

Si bien los síntomas varían en función de la edad del paciente, en los menores los más habituales son:

  • Fiebre muy alta
  • Somnolencia y decaimiento
  • Irritabilidad
  • Dolor de cabeza
  • Fotofobia (ojos hipersensibles a la luz)
  • Rigidez de cuello
  • Erupciones cutáneas
  • Convulsiones

Por su parte, los síntomas de la meningitis en los lactantes, que también constituyen una población de riesgo para esta enfermedad, son:

  • Ictericia (tonalidad amarillenta en la piel)
  • Rigidez de cuello y de todo el cuerpo
  • Fiebre o temperatura corporal más baja de lo normal
  • Inapetencia
  • Succión débil
  • Llanto agudo, inconsolable
  • Fontanelas llena y abultada (las zonas blandas de las partes superior y anterior del cráneo del bebé)

La manifestación menos usual de la patología – la meningitis bacteriana –requiere internación y suministro de antibióticos específicos. Es importante destacar que si se inicia el tratamiento rápidamente, la evolución, es favorable, en la mayoría de los casos

Por su lado, las meningitis virales no siempre demandan internación, y el tratamiento está orientado a aliviar los síntomas, por lo que incluye analgésicos y reposo. En general los cuadros de meningitis viral remiten completamente en el curso de 7 a 10 días, y lo hacen sin complicaciones ni necesidad de tratamiento adicional.

En tanto, determinadas vacunas dispuestas en el calendario Nacional de Vacunación, que son gratuitas en todos los centros de salud  y hospitales públicos del país, pueden prevenir algunas formas de meningitis bacterianas. Las que actúan preventivamente son: antimeningococo, antihaemophilus y antineumococo (algunas de estas dosis no están incluidas en el calendario obligatorio).

Por último, es importante destacar que, de declararse un caso de meningitis meningocócica, todos los miembros del hogar y otras personas en estrecho contacto con la persona enferma deberán recibir antibióticos preventivos para evitar infectarse.

Vacunarse, conocer los síntomas y actuar con rapidez es clave.

Día Mundial de la Hemofilia

El 17 de abril de 1989 fue instaurado el Día Mundial de la Hemofilia para concienciar a la sociedad en general sobre esta enfermedad crónica y lo que supone vivir con ella y a expensas de una medicación concreta.   La Federación Mundial de Hemofilia (FMH) eligió este día en honor a la fecha de nacimiento de Frank Schnabel, su fundador.

¿Qué es la hemofilia?

Se trata de un trastorno hemorrágico congénito vinculado al cromosoma X. Las personas que viven con esta condición pueden sangrar por más tiempo, debido a que su sangre no contiene una cantidad suficiente de factor de coagulación, una proteína que controla el sangrado.

Las personas con hemofilia no sangran más rápido de lo normal, pero pueden sangrar durante un período más prolongado.

La hemofilia es bastante infrecuente. Aproximadamente 1 de cada 10,000 personas nace con ella.

Los pequeños cortes no suelen ser un gran problema. El mayor problema de salud es el sangrado intenso dentro del cuerpo, en especial en las rodillas, los tobillos y los codos. Ese sangrado interno puede dañar los órganos y los tejidos, y puede poner en riesgo la vida.

Tipos de hemofilia

El tipo más común de hemofilia se llama hemofilia A. Esto quiere decir que la persona no tiene suficiente factor VIII (factor ocho).

Un tipo menos común es la denominada hemofilia B. Esta persona no tiene suficiente factor IX (factor nueve). El resultado es el mismo para la hemofilia A y B, o sea, un sangrado por un tiempo mayor que el normal.

¿Tiene cura?

No, y que tiene mayor incidencia en los hombres; las mujeres son portadoras de ésta y se han dado casos poco comunes en mujeres de este problema de coagulación.

Padecer la enfermedad ¿es invalidante?

Para nada. Una persona que vive con hemofilia puede tener una vida plena, cuando son tratados de manera integral, de forma preventiva y con terapias innovadoras

Desgraciadamente, en el mundo, el 75% de las personas con deficiencias de la coagulación no cuentan con un tratamiento adecuado o incluso carecen de éste en absoluto, lo que impide que puedan llevar un estilo de vida normal en el que puedan desarrollarse académica o laboralmente.

Síntomas

Los signos y síntomas de la hemofilia varían según el nivel de factores de coagulación. Si tu nivel de factores de coagulación se encuentra levemente reducido, es posible que sangres solo después de una cirugía o de un traumatismo. Si tu insuficiencia es grave, puedes padecer sangrado espontáneo.

Los signos y síntomas del sangrado espontáneo son los siguientes:

  • Sangrado excesivo e inexplicable por cortes o por lesiones, o después de una cirugía o de un arreglo dental
  • Muchos moretones grandes o profundos
  • Sangrado inusual después de las vacunas
  • Dolor, hinchazón u opresión en las articulaciones
  • Sangre en la orina o en las heces
  • Sangrado nasal sin causa conocida
  • En los bebés, irritabilidad inexplicable

Sangrado en el cerebro

Un simple golpe en la cabeza puede provocar sangrado en el cerebro en algunas personas que padecen hemofilia grave. Esto ocurre con poca frecuencia, pero es una de las complicaciones más graves. Estos son algunos de los signos y síntomas:

  • Dolor de cabeza intenso y prolongado
  • Vómitos reiterados
  • Somnolencia o letargo
  • Visión doble
  • Debilidad o torpeza repentinas
  • Convulsiones o ataques

Cuándo consultar al médico

Busca atención médica de urgencia si tú o tu hijo presentan lo siguiente:

  • Signos o síntomas de sangrado en el cerebro
  • Una lesión en la que el sangrado no se detiene
  • Articulaciones inflamadas que se sienten calientes al tacto y duelen al flexionarse

Diagnóstico

En el caso de personas que tienen antecedentes familiares de hemofilia, es posible determinar durante el embarazo si el feto se ve afectado por la hemofilia. Sin embargo, el análisis presenta algunos riesgos para el feto. Habla sobre los riesgos y beneficios del análisis con tu médico.

En niños y en adultos, un análisis de sangre puede revelar una insuficiencia en los factores de coagulación. Dependiendo de la gravedad de la insuficiencia, los síntomas de la hemofilia pueden surgir primero en diferentes edades.

Los casos graves de hemofilia se diagnostican generalmente en el primer año de vida. Es posible que las formas leves no se manifiesten hasta la adultez. Algunas personas se enteran por primera vez de que tienen hemofilia después de sangrar de manera excesiva durante un procedimiento quirúrgico.

Tratamiento

Muchos tipos diferentes de factores de coagulación están relacionados con diferentes variedades de hemofilia. El tratamiento principal para la hemofilia grave comprende el reemplazo del factor de coagulación específico que se necesita a través de una estructura tubular que se coloca en una vena.

Esta terapia de reemplazo puede administrarse para combatir un episodio de sangrado en curso. También puede administrarse de forma regular en el hogar para prevenir episodios de sangrado. Algunas personas reciben terapia de reemplazo continua.

El factor de coagulación de reemplazo puede producirse a partir de sangre donada. Los productos similares, llamados «factores de coagulación recombinantes», no se producen a partir de la sangre humana.

Si tienes antecedentes familiares de hemofilia, es posible que debas hacerte pruebas genéticas para determinar si eres portadora de la enfermedad antes de formar una familia.

Como siempre, ante cualquier duda, consultá a tu médico.

Otoño Saludable

 

El otoño es una estación de entretiempo, una estación de paso entre el calor y el frío y  aparecen algunos trastornos típicos de esta época del año.

Vale la pena tener presentes algunos tips para disfrutar los hermosos paisajes de otoño sin complicaciones.

Vacuna antigripal

Tanto para mayores como en los niños es un resguardo. Sólo te recomendamos acercarte y consultar con tu médico.

Adaptación a la temperatura

El otoño es muy impredecible, las temperaturas suben y bajan continuamente. Recomendamos estar preparados y vestir de manera adecuada para adaptarte a esos cambios. Es decir taparse lo suficiente como para ir fresco, sin pasar calor. Nada de ir súper abrigados hasta sudar. Ideal vestir con varias capas de prendas livianas que puedas poner y quitar según el momento del día. De esta manera podrás modificar tu temperatura constante.

Aumento de la vitamina C

La vitamina C es la encargada de reforzar el sistema inmunológico de tu cuerpo. Recomendamos aumentar el consumo de cítricos.

Ejercicio al aire libre

La actividad física es ideal en cualquier estación, solo procura hacer ejercicio con ropa que te abrigue pero que transpire para que no transpires de más, ni sufras un golpe de frío.

Ventilación adecuada

La humedad es algo muy propio de la estación de otoño. Cuando llueve, aparecen las humedades en los hogares. Donde hay humedades se acumulan hongos y bacterias, que crecen y contaminan el aire de tu casa. Por eso, aunque haga frío, no dejes de ventilar bien tu casa. Ayudarás a renovar el aire, te vas a sentir mejor y estarás previniendo las alergias propias de la humedad.

Hidratar bien la piel

Cuando la temperatura baja de manera brusca y sopla el viento, la piel sufre. Pueden aparecer lesiones en distintas partes del cuerpo.  Mantener la piel hidratada es una buena decisión.

Infusiones

Durante el otoño, las comidas se hacen más abundantes y las digestiones mucho más largas y pesadas. Una infusión después de comer te ayudará a sentirte mejor.

Tomar sol

La falta de sol muchas veces tiene influencia en el humor y el estado de ánimo. En esta estación es recomendable aprovechar cualquier momento para tomar un poco de sol aunque haga frío. Te confortará y fortalecerá tus huesos.

Descansar lo suficiente

Dormir la cantidad de horas adecuadas siempre es importante pero en especial en esta estación que trae algunas enfermedades, el sueño será tu aliado para regenerarte y reponerte de un resfrío. Si descansas, tu sistema inmunológico se regenera, se hace más fuerte y podrás disfrutar más de esta estación. Recuerda no abusar del sueño. Con 8 horas seguidas es más que suficiente. Que las pantallas no te las quiten!

Beber mucha agua

También es importante beber mucha agua cuando llega el frío, justamente porque las comidas se hacen más copiosas y pesadas y al cuerpo le cuesta más digerir todo. Por eso es bueno beber agua entre comidas, para ir ayudando a que el sistema digestivo funcione bien. Recordá la recomendación de los dos litros de agua al día.

Evitar cambios bruscos de temperatura

Abrigarse según vayan bajando las temperaturas es clave, claro. Pero también lo es evitar los cambios bruscos de temperatura. Si vas a entrar en un lugar en el que hace calor, quítate capaz de ropa poco a poco. No esperes a entrar en calor para quitarte todo, porque lo notarás más.

Lo mismo ocurre al revés. Abrígate antes de salir a la calle si sabes que hace frío. Mantener el calor corporal todo lo posible es clave para que la salud no se resienta al llegar el otoño.

Dormir y descansar bien

Se suele hablar mucho de la astenia primaveral y nada o muy poco de la astenia otoñal. Sin embargo, esta existen y muchas personas la sufren. Hay quienes reaccionan bien a los cambios de temperatura, de la luz solar, etc. Pero hay otras personas que sufren mucho a causa de todos estos cambios.

Es importante cuidar del sueño y del descanso en estas estaciones de cambio. Hay que irse a la cama pronto, evitar los estímulos en la habitación de descanso, y aprovechar bien los días en los que no se trabaja.  Durmiendo bien hacés frente al otoño con mejor cara.

Ingerir fruta y verdura

En otoño hay muchas frutas y verduras de temporada que se van a encargarte de aportarte todas las vitaminas y suplementos que necesitas. Busca mercados que ofrezcan comida natural y de temporada y disfruta todas sus características. Verás como este tipo de alimentos te ayudan a cuidarte y permiten que te encuentres mucho mejor.

No abandonar la protección solar

El verano terminó y parece que podemos guardar la crema protectora solar hasta el año que viene. ¡No! Aún quedan muchos días de sol y de calor. Como hemos dicho, el otoño es una estación de transición. Habrá días que haga mucho calor aún y el sol pegará fuerte en las horas centrales del día.

Seguí usando crema solar. De hecho deberíamos hacerlo todo el año para cuidar bien nuestra piel. Si no vas a hacerlo así, al menos sigue aplicándotela cuando haga más calor.

A difrutar del otoño sin estar cubierto de prendas y más prendas. O sin tener que resguardarte del frío en tu casa.

Disfrutarás de esta estación, dale al cuerpo los descansos que necesita, no te automediques y por cualquier consulta acércate a tu médico o farmacéutico.

Ley de Genéricos – de todos depende que se cumpla

El acceso de la población mundial a los medicamentos esenciales para el tratamiento y prevención de las enfermedades constituye en la actualidad uno de los mayores desafíos para la implementación de políticas de salud pública.

La Argentina no queda exenta del desafío, sino todo lo contrario.

La Ley 25.649 de Prescripción de Medicamentos por su nombre Genérico más conocida como “Ley de Genéricos” se sancionó en el año 2002 en el marco de una profunda crisis económica. La autoría intelectual de la ley fue liderada por el entonces ministro de Salud Ginés González García y representó en la región un verdadero cambio de paradigma en relación de la cadena que interviene en la industria farmacéutica local.

El espíritu de la ley tiene que ver fundamentalmente con ampliar el derecho de los pacientes a elegir libremente el medicamento y e impulsar el crecimiento de la industria farmacéutica local que realiza importantes inversiones en recursos humanos e infraestructura para producir localmente  y exportar medicamentos de calidad certificada.

Tal como en aquel momento nació como respuesta a una profunda crisis económica, hoy es imperiosa la urgencia de su aplicación ya que esta Ley se reafirma como una alternativa para combatir los abusos en los precios de algunos medicamentos y para dar herramientas a quienes día a día sufren los aumentos desmesurados de estos productos que, para nosotros son un bien social.

Tanto aquellos con pocos recursos como quienes tienen capacidad de compra, deben saber que tienen en esta Ley un elemento para pagar el precio justo por un medicamento.

 

Los médicos deben prescribir por nombre genérico de la droga cuidando no solo la salud sino el bolsillo del paciente. El farmacéutico sabrá asesorarlo en el mostrador y el ANMAT es quien respalda la calidad, seguridad y eficacia de TODOS los medicamentos que se expenden legalmente en Argentina, con lo cual no hay diferencias reales entre dos productos que a veces llegan a tener hasta un 80% de diferencia en el precio.

Para conocer la ley por favor clickeé aquí  https://capgen.com.ar/ley-de-genericos.pdf

 

 

Qué son los excipientes?

Los medicamentos están compuestos por el principio activo (la droga) y los excipientes.

El principio activo (la droga o molécula) es la sustancia responsable de la actividad farmacológica y los excipientes se utilizan para conseguir la forma farmacéutica deseada (cápsulas, comprimidos, soluciones, etc.) y facilitan la preparación, conservación y administración de los medicamentos.

Los excipientes son los únicos componentes que pueden diferir cuando comparamos los medicamentos genéricos (incluidos los genéricos con marca) con su equivalente original.

Es necesario recordar que la posibilidad de usar diferentes excipientes por parte de los medicamentos genéricos y de los genéricos con marca, no compromete en absoluto la calidad del producto final, ya que todos los excipientes utilizados en cualquier medicamento usado en Argentina, deben estar aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT).

El único problema que puede provocar un excipiente en concreto es la intolerancia del paciente hacia el mismo (como por ejemplo, la lactosa), pero en cualquier caso, ese fenómeno se daría de la misma manera en un genéricos y en un genérico con marca.

Recordemos en este punto que en realidad todos los medicamentos que se venden en las farmacias son genéricos. Han copiado la fórmula del original. La diferencia es que algunos genéricos tienen marca comercial (nombre fantasía) y otros no. Unos tienen gastos promocionales y otros no.

Volviendo a los excipientes, acompañamos una clasificación de los diferentes excipientes que suelen usarse en los medicamentos que se consumen de forma más habitual.

Cápsulas Aglutinantes (binders): mantienen los ingredientes de una tableta unidos. Comúnmente se utilizan almidones, azúcares y celulosas como Hidroxipropil celulosa o lactosa. También se utilizan azúcares alcohólicas como xilitol, sorbitol o maltitol.

Diluyentes (fillers): rellenan el contenido de una pastilla o cápsula para lograr una presentación conveniente para el consumo. La celulosa vegetal es un relleno cuyo uso es bastante extendido en tabletas o cápsulas de gelatina dura. El fosfato de calcio dibásico es también un relleno popular para tabletas. Para cápsulas de gelatina blanda suele utilizarse flor de cártamo.

Desintegradores (disintegrants): estos se expanden y disuelven cuando se les moja causando que la tableta se rompa en el tracto digestivo y libere los principios activos para su absorción.

Lubrificantes (lubricants): previenen que los ingredientes se agrupen en terrones o que se peguen en alguna de las máquinas industriales con los que se fabrican. Los minerales comunes como talco o silica, y grasas esteroides son los lubricantes más frecuentes en tabletas o cápsulas de gelatina dura.

Recubridores (coatings): protegen los ingredientes de la tableta de los efectos del aire, de la humedad y ayudan a que las tabletas de sabor poco placentero sean más fáciles de tragar. La mayoría de las tabletas recubiertas utilizan una capa de celulosa (fibra vegetal) que está libre de sustancias alergénicas. Otros materiales utilizados son polímeros sintéticos u otros polisacáridos. Según la velocidad de disolución de un recubrimiento se puede determinar en qué lugar del tracto digestivo se liberen las proteínas, o el periodo de acción de estas.

Endulcorantes: sirven para hacer las pastillas más deglutibles, otorgándoles sabor más agradable.

Saborizantes y colorantes: sirven para mejorar las propiedades organolépticas, y por tanto, aumentar el cumplimiento terapéutico.

En consecuencia es posible que algún excipiente sea mejor o peor tolerado por diversos pacientes. Es un contratiempo menor dado que los excipientes no tienen acción terapéutica

Lo único que ejerce acción terapéutica es el principio activo, la droga y esa es la misma, con la misma concentración y calidad en todos los medicamentos.

 

Original hay uno solo

O dicho de otra manera, las estanterías de las farmacias están llenas de genéricos.

Cuando te duele la cabeza tienes muchas opciones en la farmacia. Podrías elegir un medicamento con marca, de esos que hacen publicidad en los medios, o pedir directamente Paracetamol de 500 mg. En realidad entre estos dos estarías pidiendo la misma cosa, porque ambos contienen el mismo principio activo: paracetamol. Ninguno de ellos es “el original”, ninguno de los laboratorios que producen esos medicamentos son “el descubridor de la fórmula”. Entonces, cuál es la diferencia?

La más visible es que el que tiene marca comercial, el que conocés por la publicidad, es más caro.

Casi todos los medicamentos tienen marca en su descubrimiento. Desde que se comienza a investigar una molécula hasta que se comercializa pueden pasar un promedio de 10 años en investigación, ensayos de laboratorio y clínicos. Son los laboratorios más grandes los que suelen embarcarse en estos caminos que conllevan asumir grandes costos. Si bien implica millonarias inversiones, cuando descubren el medicamento final, se les otorga la exclusividad de comercialización durante el tiempo que dura su patente. En general son 20 años, tiempo que le permite al laboratorio recuperar la inversión dedicada al desarrollo del nuevo producto y más.

Básicamente la protección de patentes permite a los inventores hacer público su trabajo a cambio de los derechos exclusivos para comercializarlo, y así amortizar los costos. Sin embargo, ese derecho debe de caducar para evitar monopolios perpetuos.

Cuando el laboratorio desarrollador pierde la patente, empieza a competir en precio ya que otros laboratorios comercializan el producto.

Si bien cualquier laboratorio puede producir el equivalente genérico, debe pasar los estrictos controles de la autoridad competente. La autoridad de aprobación en Argentina es la ANMAT -Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica, y es que certifica los procedimientos de producción, calidad, seguridad y eficacia de estos productos. Una vez que el producto aprueba todos los controles y auditorías, recibe la autorización para la venta.

Este equivalente genérico consigue salir al mercado a un precio menor que el innovador ya que no hay costo de investigación y desarrollo que amortizar.

Entonces, una vez vencida la patente de un medicamento, en las estanterías de las farmacias conviven diversos estilos de genéricos, por decirle de alguna manera. Los que tienen marca comercial y los que no.

“Los medicamentos genéricos y los de marca son técnicamente iguales ya que han tenido que previamente demostrar su eficacia, seguridad, calidad y tienen el mismo principio activo, la misma dosis y también la misma forma farmacéutica.”

A esta altura ya te estarás preguntando: si hay un solo original, todo el resto de los medicamentos que se venden ¿son genéricos?

Exactamente, hay una larga lista de genéricos, que se venden bajo otros nombres comerciales. La mayoría de estas marcas, producidas por grandes laboratorios, intenta diferenciarse y tiene una línea grande de lo mismo con “pequeños extras”, por ejemplo los típicos forte, junior, granulado sin agua, sabor naranja, etc.

Y por qué estos medicamentos genéricos “con marca” son más caros que los llamados genéricos?

Porque así como el innovador invirtió en investigación, el laboratorio “de marca” invierte en publicidad, promoción, fuerza de venta, acciones de marketing y eso implica sostener una gran inversión.  Esos costos se trasladan al precio del producto.

Lamentablemente, a pesar de que la eficacia terapéutica, que es en última instancia lo importante, sea la misma, todavía la percepción social, es que, de alguna manera el “de marca” es diferente y mejor.

Muchas campañas colaboraron para que la gente perciba esto. Repetimos que no es así: Los medicamentos genéricos sin marca se producen en empresas farmacéuticas de primer nivel auditadas y controladas con los mismos parámetros que son controlados los laboratorios que producen medicamentos genéricos con marca comercial. Además, los principios activos (que son las sustancias a las que se debe el efecto del producto), son de igual calidad en ambos casos.  Por lo tanto no hay necesidad de pagar de más por un medicamento “con marca”.