Los medicamentos están compuestos por el principio activo (la droga) y los excipientes.
El principio activo (la droga o molécula) es la sustancia responsable de la actividad farmacológica y los excipientes se utilizan para conseguir la forma farmacéutica deseada (cápsulas, comprimidos, soluciones, etc.) y facilitan la preparación, conservación y administración de los medicamentos.
Los excipientes son los únicos componentes que pueden diferir cuando comparamos los medicamentos genéricos (incluidos los genéricos con marca) con su equivalente original.
Es necesario recordar que la posibilidad de usar diferentes excipientes por parte de los medicamentos genéricos y de los genéricos con marca, no compromete en absoluto la calidad del producto final, ya que todos los excipientes utilizados en cualquier medicamento usado en Argentina, deben estar aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT).
El único problema que puede provocar un excipiente en concreto es la intolerancia del paciente hacia el mismo (como por ejemplo, la lactosa), pero en cualquier caso, ese fenómeno se daría de la misma manera en un genéricos y en un genérico con marca.
Recordemos en este punto que en realidad todos los medicamentos que se venden en las farmacias son genéricos. Han copiado la fórmula del original. La diferencia es que algunos genéricos tienen marca comercial (nombre fantasía) y otros no. Unos tienen gastos promocionales y otros no.
Volviendo a los excipientes, acompañamos una clasificación de los diferentes excipientes que suelen usarse en los medicamentos que se consumen de forma más habitual.
Cápsulas Aglutinantes (binders): mantienen los ingredientes de una tableta unidos. Comúnmente se utilizan almidones, azúcares y celulosas como Hidroxipropil celulosa o lactosa. También se utilizan azúcares alcohólicas como xilitol, sorbitol o maltitol.
Diluyentes (fillers): rellenan el contenido de una pastilla o cápsula para lograr una presentación conveniente para el consumo. La celulosa vegetal es un relleno cuyo uso es bastante extendido en tabletas o cápsulas de gelatina dura. El fosfato de calcio dibásico es también un relleno popular para tabletas. Para cápsulas de gelatina blanda suele utilizarse flor de cártamo.
Desintegradores (disintegrants): estos se expanden y disuelven cuando se les moja causando que la tableta se rompa en el tracto digestivo y libere los principios activos para su absorción.
Lubrificantes (lubricants): previenen que los ingredientes se agrupen en terrones o que se peguen en alguna de las máquinas industriales con los que se fabrican. Los minerales comunes como talco o silica, y grasas esteroides son los lubricantes más frecuentes en tabletas o cápsulas de gelatina dura.
Recubridores (coatings): protegen los ingredientes de la tableta de los efectos del aire, de la humedad y ayudan a que las tabletas de sabor poco placentero sean más fáciles de tragar. La mayoría de las tabletas recubiertas utilizan una capa de celulosa (fibra vegetal) que está libre de sustancias alergénicas. Otros materiales utilizados son polímeros sintéticos u otros polisacáridos. Según la velocidad de disolución de un recubrimiento se puede determinar en qué lugar del tracto digestivo se liberen las proteínas, o el periodo de acción de estas.
Endulcorantes: sirven para hacer las pastillas más deglutibles, otorgándoles sabor más agradable.
Saborizantes y colorantes: sirven para mejorar las propiedades organolépticas, y por tanto, aumentar el cumplimiento terapéutico.
En consecuencia es posible que algún excipiente sea mejor o peor tolerado por diversos pacientes. Es un contratiempo menor dado que los excipientes no tienen acción terapéutica
Lo único que ejerce acción terapéutica es el principio activo, la droga y esa es la misma, con la misma concentración y calidad en todos los medicamentos.