Día Mundial del Riñón

La enfermedad renal crónica (ERC) es común y dañina: 1 de cada 10 adultos en todo el mundo la padece y, si no se trata, puede ser mortal

Los riñones tienen el tamaño de un puño, son órganos complicados y sorprendentes que realizan muchas tareas esenciales para mantenernos saludables.

Su trabajo principal es eliminar las toxinas y el exceso de agua de la sangre y también ayudan a controlar la presión arterial, a producir glóbulos rojos y a mantener los huesos sanos.

Cada uno de los riñones tiene alrededor de un millón de filtros diminutos, llamados nefronas. Si las nefronas están dañadas, dejan de funcionar. Por un tiempo, las nefronas sanas pueden asumir el trabajo adicional, pero si el daño continúa, más y más nefronas se cierran. Después de cierto punto, las nefronas que quedan no pueden filtrar su sangre lo suficientemente bien como para mantenerlo saludable.

Cuando la función renal cae por debajo de cierto punto, se denomina insuficiencia renal. La insuficiencia renal afecta a todo el cuerpo y puede hacer que la persona se sienta muy enferma. La insuficiencia renal no tratada puede poner en peligro la vida.

Con un simple examen de sangre y orina, puede conocerse el estado de salud renal. Un diagnóstico precoz si hubiera deterioro renal, permite iniciar tratamientos específicos y tomar medidas que retrasan la perdida de la función renal.

Los factores de riesgo tradicionales de la Enfermedad Renal Crónica son: la diabetes y la hipertensión.  Tomar medidas para adoptar un estilo de vida saludable claramente ayuda a reducir el riesgo, y la detección y el tratamiento tempranos pueden retrasar o prevenir la progresión de la enfermedad renal a la insuficiencia renal y reducir la mayor incidencia de enfermedad cardiovascular asociada con la enfermedad renal.

La Enfermedad Renal Crónica es una enfermedad que empeora lentamente durante meses o años. Es posible que la persona no note ningún síntoma durante algún tiempo. La pérdida de la función puede ser tan lenta que no presentará síntomas hasta que los riñones casi hayan dejado de trabajar.

Es importante tener en cuenta las 8 Reglas de Oro para cuidar la salud renal:

  • Actividad física regular
  • Control del azúcar en sangre y de la presión arterial
  • Alimentación saludable (bajando consumo de sal y eliminando azúcar y procesados)
  • No fumar
  • Mantenerse hidratados
  • No automedicarse
  • Realizar los chequeos anuales de salud.

Cuidar preventivamente la salud es la mejor decisión.

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