Las causas más comunes de la neumonía son bacterias, hongos y virus que se encuentran en el aire.
La neumonía es una infección que inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones. Los sacos aéreos se pueden llenar de líquido o pus (material purulento), lo que provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar.
La lucha contra las muertes causadas por neumonía se centra en la prevención, la protección y, cuando se produce la infección, todo depende de un buen tratamiento:
- Prevención. Las vacunas pueden evitar las muertes por neumonía. Las vacunas contra el sarampión y la tos convulsa también son esenciales para evitar infecciones que podrían complicarse y terminar en neumonía.
- Protección. La lactancia materna exclusiva en los 6 primeros meses de vida es una forma muy efectiva para proteger a los niños de neumonía y otras enfermedades infecciosas. Además de una buena nutrición, el lavado de manos, el agua potable y la descontaminación del aire de humos, también puede proteger a los niños de la neumonía.
- Tratamiento. Para salvar a los niños de la neumonía se necesita actuar rápidamente ante cualquier posible síntoma, incluyendo la dificultad de respiración y la tos. El tratamiento para la mayoría de tipos de neumonía suele ser el uso de antibióticos.
La neumonía afecta tanto a niños como a adultos alrededor del mundo es responsable de la muerte del 15% de los menores de 5 años. Sin embargo, es una enfermedad que puede prevenirse y tratarse de forma efectiva.